Aceptar la misión fue el reto
voluntariamente
edificante. Entendimos hace añares
nuestra misión de vida -la locatera, para los espicha sueños- donde lo
crematístico paradójicamente, no forma parte del estímulo.
Silencioso recorrido en la gestión de
trasmitir conocimientos, sin recompensas ni honores, solo con las oportunidades
de cada día, agradeciendo a nuestro Señor sus bendiciones. Recorrer el país
entre éstas, ha sido el reto más importante y usted se preguntará ¿por qué? Ah,
porque a este país, mi país,
tu país le aprendimos a querer estando lejos.
¡Así de sencillo!
A tientas supimos trajinar y hacernos
presente en las comunidades, los vertederos, los cerros, caseríos paupérrimos e
improvisados habitad porque “Nuestro
Sueño de país es el Desarrollo” qué
se dé con equidad, bienestar y mejoras visibles en la calidad de vida de cada
conciudadano.
Desde ayer la inseguridad, pero no hacía ni
hace mella en nuestro ánimo. Éste andar amiga(o) ha sido fructífero, auto
asignado y ejecutado sin “casch”, simplemente con la sonrisa a flor de
piel que nos abre puertas y corazones de quienes al comienzo nos miran
remolones.
El nexo con la realidad circundante es
valor agregado y La
Solidaridad vocablo tan de
moda y sin embargo, desde siempre escuchado, tan arraigado en nosotros e
inoculado por nuestros antepasados a través del ejemplo diario. Y cuánta gente
hoy, es testimonio de EVA: Educando en Valores y Autoestima, dejando huellas.
Largo ha sido el recorrido, intuimos de
alguna manera qué contribuíamos a saldar con una pequeñísima cuota, esa gran
deuda social que arrastramos como país y el nudo, no fue otro que
la educación. Una vez internalizado el concepto Valores en lo íntimo, de cada conciudadano
abordado florece la esperanza de mejorar su calidad de vida y, se traza la meta
de alcanzar el escaloncito inmediatamente superior a través de El trabajo.
Con el
Autoestima aguijoneada el
común entiende que sólo sus esfuerzos canalizados por la educación, es lo que
invariablemente le permite ser próspero y su capacitación es el vehículo
para obtener el pan diario a través del esfuerzo…
Desde el abordaje repetimos cómo el
Salmista:
Te ayudamos a pescar pero, no te damos el pescado…
Trabajar para y con las comunidades el llamado, aunado al entusiasmo que como la
gripe, también es contagioso y otros, con similar visión, cada día se suman y
no nos abandona aún el ánimo ni las ganas y junto a la casa grande,
continuaremos hasta que el cuerpo aguante.
Indudablemente la función ha
sido intentar el cambio esperado, transmitiendo Valores de: amor, pertenencia, trabajo en equipo,
solidaridad, y compromiso a cada persona siendo
ésta, el nexo con el colectivo.
Sí el andamiaje me permitiera mirar por el
retrovisor, el saldo de las cosas positivas sumarían miles. Lo que hoy soy
-caminar cortito por discapacidad y porque los años nunca vienen solos- diría
que es gracias a la life
university vivencias y
conocimientos que me brinda a diario lo que me permite ser persona.
Especial merecimiento para el compañero de
travesía, aquel forastero de mi país y mi cuerpo, 22 años de vida en común con
punto y coma: por cuánto me ayudó a crecer mujer, hacerme madre y por ende a
crecer más humana; algún día tendrá que reconocerme en él y aceptar el crédito
que le doy hoy. Conjugado en pasado, hogar compartido e incondicional apoyo,
llenaba nevera y estantes, pagaba el colegio de los hijos no gustoso del uso
que le daba al auto para las travesías y reconocimientos, accediendo a
regañadientes.
Milagros
Lamper.
http://fundacaeva.blogspot.com
Email: fundacaeva@gmail.com
Twitter: @fundacaeva
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